CURIO
El
curio
no
existe
en
el
ambiente
terrestre,
pero
puede
producirse
en
forma
artificial.
Sus
propiedades
químicas
se
parecen
tanto
a
las
de
las
tierras
raras
típicas
que,
si
no
fuera
por
su
radiactividad,
podría
con
facilidad
confundirse
fácilmente
con
uno
de
estos
elementos.
El
isotopo 244Cm es
de
particular
interés
a
causa
de
su
uso
potencial
como
una
fuente
compacta
de
fuerza
termoeléctrica,
al
utilizarse
el
calor
generado
por
decaimiento
nuclear
para
generar
fuerza
eléctrica.
Se
han
preparado
varios
compuestos
sólidos
del
curio
y
sus
estructuras
se
han
determinado
por
difracción
de
rayos
X.
El
curio
es
generalmente
un
peligro
para
la
salud
solamente
si
entra
en
el
cuerpo;
sin
embargo,
hay
un
pequeño
riesgo
externo
asociado
con
ciertos
isotopos.
Su
descubrimiento
se
le
otorga
a
los
científicos
Glenn
Seaborg,
Ralph
James
y
Albert
Ghiorso,
en
1944,
por
lo
tanto,
éste
es
un
elemento
creado
por
el
Hombre,
que
no
ocurre
en
la
naturaleza.
Se parece mucho al
lantánido gadolinio. Aunque sigue al americio en el Sistema
Periódico, se descubrió antes que éste: es el tercer transuránido
descubierto.
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